Deut. 28:13 El Señor te pondrá a la cabeza, nunca en la cola.
El promedio es lo mejor de lo peor y lo peor de lo mejor. En Chile la nota mínima para aprobar una materia en la escuela es el cuatro, y muchos alumnos harían cualquier cosa con tal de llegar a tan ansiada meta: el 4. Que alegría sentimos cuando en nuestras evaluaciones aparece ese numero "mágico". ¡bien aprobé!, pensamos y festejamos.
Si nos comparamos con otros, hasta podríamos sentirnos orgullosos, por que tal vez ellos obtuvieron un 2, 3, o un 3,5. Pero, ¿que sucede sino cotejamos con los que sacaron 6 o 7?, estamos muy lejos ¿verdad? con una colección de cuatros nunca llegaremos hacer los mejores.
Lo mismo sucede en la escuela, muchas veces ocurre en la vida: algunos vivimos en el intento de promediar la nota, y no nos esforzamos en ser excelentes. A lo largo de toda la vida Dios nos alienta a que seamos campeones hay que ir mas allá de lo que nos dicen las ganas, de lo que nos susurra el sueño y la pereza y aun de lo que nos sugieren los demás.
¿Nos animaríamos a ir mas allá? ¡Claro que si! podemos lograrlo, hoy somos capaces por luchar por un 5, mañana por un 6 y sin darnos cuenta un día obtendremos nuestro ansiado 7.
(extracto de Encuentros al limite).
Nuestro llamado no fue hacer mediocre, Si Dios es nuestro Padre y nosotros sus hijos...